Esta fue una entrevista muy especial pues al igual que todos los que nos han compartido su historia hasta el momento, cada uno de nosotros, los creadores de este proyecto, también tenemos una historia por contar. Este proyecto lo hemos construido con mucha motivación y cariño uniendo nuestras diferentes culturas y raíces desde Bogotá, Medellín, Estados Unidos y Puerto Rico (Caquetá). Pero, una de nosotras, de las mujeres que conforman el equipo, viene también de Venezuela, y por eso hoy es su turno de contar su historia. Me reuní con Sophie Waszkiewicz, a mediodía, en la Universidad Javeriana, en la cual está pronta a terminar su carrera universitaria.
Sophie quiso que conversáramos en la facultad de Ciencia Política, decisión que me hizo sentir muy a gusto, porque, aunque no estudié en dicha universidad, al igual que Sophie, fue la carrera que escogí. Antes que nada, muy risueña, como queriéndome decir que es una pregunta que tal vez le hacen muy seguido, Sophie me cuenta los orígenes de su apellido. Su abuelo es polaco, Maestro de Música, y en aquella época en la cual Venezuela gozaba del boom petrolero, recibiendo grandes olas migratorias, lo invitan para formar un conservatorio de música en Maracaibo. En ese entonces, el papá de Sophie debía tener unos cuatro años, y lo que suponía ser una corta estadía de seis meses, terminó siendo el país dónde formarían una nueva vida. El abuelo de Sophie se enamoró de Maracaibo, eventualmente se mudaron a San Antonio de los Altos, luego a Caracas, dónde su padre haría sus estudios universitarios, y dónde eventualmente nacería Sophie.
Sophie nació en Caracas, pero pasó su infancia y adolescencia en la Isla de Margarita, y aunque le encanta y es su hogar, no se veía estudiando allí su carrera universitaria, quería conocer cosas diferentes a las que tenía en disposición. Por eso, cuando debió tomar la decisión, Bogotá pareció ser una buena opción, además, con una sonrisa en la cara recuerda el alivio de su mamá al saber que Bogotá estaba medianamente cerca: “Además que a mi mamá le iba a dar un ataque al corazón si yo me iba demasiado lejos, entonces decía “No, pero es que, si te pasa algo, ¿Cómo yo llego a Canadá?”, ¿Ósea tu dimensionas lo lejos que está Canadá de aquí? ¿O lo lejos que está Argentina por ejemplo? Me decía, “Es que es súper lejos y si te pasa algo, así sea a Bogotá llegó en bus, pero es que, si te vas más lejos, la cosa se complica un poquito más.”” Fue así como Sophie, viajando por primera vez sola y fuera de su país, llega a Bogotá en el 2018.
Me contó que la primera vez que conoció Bogotá fue cuando tuvo que presentar el icfes, el examen de bachillerato colombiano, y recuerda con mucho detalle, que esa misma semana fue la semana en la que toda Venezuela se quedó sin luz durante diez días…por tanto, no había gasolina, ni aeropuertos, por lo que llegar a Bogotá en ese momento, parecía imposible. A pesar de los obstáculos, Sophie llegó un día antes de pasar el examen, y todavía recuerda lo que sintió en ese momento “Pude ver una ciudad muy distinta, de muchos colores, de muchos matices, que definitivamente en ese momento a mí me encantó, y hoy en día me sigue encantando.” En la actualidad Sophie se toma el tiempo de conocer la ciudad, le gusta el transporte público, y aprovecha la diversidad y oferta cultural de la ciudad para acercarse y conocer a nuevas personas, le encanta el teatro y la danza.
Una de las razones por las cuales muchos de nosotros decidimos estudiar Ciencia Política es porque queremos entender por qué sucede lo qué sucede, nos indigna el abuso, la represión, la discriminación, la injusticia… En fin, una infinidad de cosas que refleja la complejidad de la política pero que no nos hace alejarnos de ella, sino al contrario, hacerla parte de nosotros. Este fue el caso de Sophie, muy determinada me comentó que ella quería en un principio entender lo que pasaba en Venezuela, pero sin sesgos gubernamentales o de resentimiento que afectaran su aprendizaje, y más aún su espíritu crítico. Eso es algo que dice que ha aprendido aquí, y que sorpresivamente, le ha permitido descubrir un área que no conocía y a la cual hoy se dedica con mucha pasión: la construcción de paz “Hoy en día me ha abierto muchas otras cosas. Algo hermoso que he aprendido aquí en Colombia han sido los estudios de paz, yo no tenía ni idea, yo no sabía nada del conflicto armado colombiano…y hoy en día es algo que me apasiona mucho…cosas que se podrían aplicar para la reconstrucción de Venezuela…”
Sophie también me contó que más de una vez la han molestado por su acento, pues muy rápidamente se le pegó el acento “rolo”, y aunque, ella dice que es mucho más que un acento o una nacionalidad, hay cosas que cuando estamos lejos de nuestro hogar extrañamos enormemente. Me atrevo a decir, que irónicamente estando lejos es cuando más nos crece el sentido de pertenencia por nuestras costumbres, nuestra familia, incluso nuestros paisajes, y en el caso de Sophie esta no ha sido la excepción. Con un cariño inmenso, como cuando hablamos de algo o alguien que extrañamos, Sophie se tomó el tiempo de describirme cómo son las cenas navideñas en su casa, y cómo es el cielo en Margarita, detalles muy simples pero que para ella significan todo “Logré conseguir hallacas pero igual no es lo mismo, no es completo, obviamente no estás con tu familia…la pandemia fue un año muy difícil por eso, por no poder ver a mi familia, que a pesar que los veo una vez al año pues sí me hacen mucha falta porque yo soy muy unida a ellos y hace falta la tierrita también.”
Como me lo mencionaste Sophie, gracias por darme y darnos la oportunidad de conocerte un poco más, más allá de una nacionalidad. “Una invitación a permitirnos escuchar y permitirnos vivir la humanidad no desde las etiquetas.”
-Isabella Otero